En 1956 con mi hermana Annika
En 1956 con mi hermana Annika
Voy a intentar contar un poco cómo fue mi infancia. Esto no significa que absolutamente todo sea verídico, ya que mi memoria puede jugarme una mala pasada y además, seguramente alguno de mis recuerdos son historias contadas por los demás, por lo que mi mente cree que eso lo he vivido de esa forma. Si mi memoria no es 100% fiable, la de los demás tampoco lo es.
Evidentemente, no recuerdo nada sobre mis primeros años de vida. Veo fotos y perfectamente esa podría ser cualquier otra niña. Veo una niña rubia, guapa, alegre y con una ropita bastante coqueta y bonita. Todo lo que sé sobre estos primeros años son historias que me han ido contando mis padres:
Mi madre (Norte de Suecia, Umea), trabajaba en la estatal de Telefónica y pidió un traslado al sur de mi país, Malmö. Ella tendría aproximadamente 20 años y pidió que le trasladaran de sucursal porque estaba enamorada de un chico, un militar, al cual le mandaron a un regimiento del sur. De esta historia no se sabe nada más, ya que nunca nos contó lo que había pasado.
Mi madre alquilaba una habitación que se situaba cerca de Telefónica y mi padre en ese entonces tendría también unos 19-20 años y trabajaba como cobrador en el tranvía de Malmö. Me contó que le empezó a gustar esa chica del norte que de vez en cuando se subía al tranvía y un día se atrevió a pedirle que saliera con él.
Mis padres junto a Ann-Margret y sus hijas Mona y Anita
Mis tías, mis primas, mi abuelo, mis bisabuelos y mi padre
Con Anna, la novia de mi abuelo que era viudo
Cuando mi madre se quedó embarazada, supongo que estaría bastante angustiada. Mi padre todavía no había cumplido la mayoría de edad (En ese entonces la mayoría de edad era a los 21 años), y no estaba permitido casarse sin permisos legales. Para no meterse en toda esa burocracia, se esperaron y se casaron el 21 de junio de 1953, justo el día en el que mi padre cumplía los 21 años. No hay fotos de la boda ya que mi madre estaba embarazada de 8 meses y se negaba rotundamente a ser fotografiada. La verdad es que no tengo ni idea de cómo reaccionaron mis abuelos y mis tías (Las 4 hermanas de mi madre), sólo tengo recuerdos de familiares contentos, felices y muy cariñosos.
Después de la boda y después de mi nacimiento, vivíamos como inquilinos en una casa en Limhamn, (Malmö). Hay muchas fotos de esa época, cuando nos visitaban mis tías y mis primas. Hay muchas imágenes con mi abuelo y mis bisabuelos, fotos que transmiten mucha alegría. También salgo en algunas con mis abuelos maternos cuando íbamos de visita al norte.
En noviembre de 1955, nació mi hermana Annika. No recuerdo absolutamente nada sobre el embarazo de mi madre, ni de la mudanza al nuevo piso. Tampoco me han contado mucho sobre esta etapa de nuestras vidas. Un día me desperté y allí estaba mi hermana compartiendo habitación, risas, llantos y secretos conmigo. No la recuerdo como bebé.
Puedo hasta dibujar cómo era ese piso nuevo, en el barrio de Västra Kattarp. Tenía dos dormitorios, una cocina y un salón. Había 4 edificios y en el medio se encontraba la zona común donde había un parque infantil. Cada bloque tenía 3 plantas,una buhardilla y debajo del edificio había un sótano, que por cierto, me daba mucha grima. Había unos aparcamientos para las bicicletas, trasteros para todos y una lavandería en común. Me daba bastante miedo quedarme allí sola, la luz iba por tiempo y si no te dabas prisa, ¡te quedabas en total oscuridad!
Como los edificios eran todos nuevos, casi todas las personas que se mudaban allí eran familias jóvenes y con hijos. Todo lo que recuerdo de esa época era felicidad, no hacíamos más que jugar y siempre nos quedábamos horas y horas en la calle. En aquel entonces el mal tiempo no existía y si algún día no se podía salir, nos íbamos a casa de nuestros amigos.
Mi madre seguía trabajando en Telefónica y como no podía encargarse siempre de nosotras, nos dejaba con unas vecinas que estaban encantadas de cuidarnos. Veíamos a mi abuelo paterno bastante a menudo ya que vivía en una casita cerca de nosotros. le recuerdo siempre muy feliz y contento, a menudo nos daba bolsas de chuches y caramelos. Cuando se murió sentí una gran tristeza, era demasiado joven para morir yo entonces tenía 5 años (Era en 1958). Mi padre vendió su casa y con el dinero de la herencia, compró nuestra casa del campo y un coche (Un Volvo PC).
En 1958 Suecia empieza a emitir programas por la televisión y mi padre no tardó mucho en comprar uno de esos aparatos que eran tan grandes como un mueble. Todo estaba en blanco y negro y la programación era limitada (Sólo habían noticias, películas del Oeste, el Gordo y el Flaco y los únicos dibujos que recuerdo eran Los Picapiedras). En esa época mi padre ya era conductor de tranvía, en una línea que tenía la parada cerca de nuestro piso. Más de una vez le esperaba con un bocadillo y después me dejaba ir con él hasta la próxima parada.
Los fines de semana íbamos a nuestra casa en el campo, en Beddinge y cuando llegaban las vacaciones de verano, nos íbamos al norte para poder así hacerles una visita a mis abuelos maternos.
Yo con unos 9 meses junto con mi madre
Annika y yo en la casa de nuestro abuelo paterno
A Annika y a mí también nos tocaba ir a campamentos de verano. En Norrbyn se encontraba la casa de mis abuelos, estaba en pleno campo y era el punto de encuentro de toda la familia. Nosotras estábamos encantadas ya que pasábamos las horas jugando en el bosque, un bosque que a veces nos daba miedo. Allí se podía encontrarse con los alces, el rey del bosque, también zorros y osos. Pero en nuestro ignorancia infantil mas bien teníamos miedos de seres imaginativos como brujas y trolls. Un recuerdo que tengo en mi mente es que mi abuela siempre traía un gatito para nosotras y mi abuelo siempre tenía preparado unos columpios y siempre nos regalaba flautas hechas por él.
Esos veranos eran muy divertidos y los recuerdo con mucha felicidad. Nos sentíamos muy libres ya que los mayores nos dejaban estar a nuestro aire. Recuerdo el olor del bosque, el sonido del viento y el de los bichos voladores.
Cuando cumplí 7 años, me tocaba empezar el colegio. Mi primer año de clase me tocó en un colegio cerca de casa, era en un sótano del edificio de al lado. Me encantaba ir al colegio, me parecía estupendo aprender a escribir, a leer y a contar, además me libraba de mi hermana pequeña que en esa época me era una carga ya que era como mi sombra. Tenía la obligación de cuidarla a todas horas y ahora, siendo mayores, me comentan que tengo el síndrome de hermana mayor (cosa que no pongo en duda).