Al fin encontramos la casa perfecta, ¡No podía creerlo! La dueña era una vieja y viuda Condesa sueca, era una señora encantadora. Me comentó que sus hijos no le dejaban vivir allí sola, así se que se había comprado un piso en una residencia cercana.
En mi banco, que en ese entonces era Banco Zaragozano, trabajaban tres personas y les conocía bastante bien ya que había sido cliente desde hace bastantes años. Gracias a las 2 mujeres que trabajaban allí, fui capaz de firmar una hipoteca por casi la totalidad de la casa, eso sí, con intereses, que en esa época estaba al 14% y con una duración de 12 años.
En octubre de 1994 nos mudamos a Casa Calma y un mes más tarde firmamos la escritura. Lo primero que hicimos fue pintar todo, hacer una chimenea nueva y abrir una ventana en el salón ya que nos faltaba algo de luz.
La Condesa sólo había vivido allí durante 5 años. Ella y su marido, un diplomático, compraron la casa de los suecos que la construyeron en 1971. Así que yo iba a ser la tercera sueca en Casa Calma. El nombre de la casa lo hemos conservado, en realidad no tiene nada que ver con la palabra calma en español sino que es un conjunto de letras de los nombres de los propietarios Carl y su mujer Elma, CALMA.
De todos modos el nombre de la casa era muy adecuado ya que vivimos al lado de un cementerio y enfrente tenemos unas montañas sin ninguna casa cerca.
Cuando la Condesa compró la casa, hizo muchas reformas. Colocó ventanas nuevas, instalación eléctrica nueva, quitó todas aquellas barreras que iba viendo ya que su marido estaba en silla de ruedas y no podía acceder a todos los rincones de la casa. El jardín parecía un parque tropical, tuve que hacer una pequeña limpieza y aún así, todavía después de 30 años tenemos plantas y árboles frutales.
Los Astudillos y los Carlsson un verano en Casa Calma
Aunque la casa estaba bien reformada, a mí personalmente me faltaba una piscina. Como no nos sobraba el dinero después de la compra, vendí mi plan de pensiones y a partir de ahí construimos una pequeña piscina. Nunca me arrepentí, he gozado cada verano como una enana!
Los niños de cada edad disfrutnado de la piscina
Sebastián tuvo que cambiar de colegio, ahora podía ir andando en vez de tener que coger el autobús cada día. No fue mal el cambio, el primer año tenía un maestro estupendo. También había hecho muchos amigos nuevos y en cuanto el tiempo lo permitió, pudo traérselo a todos a casa para disfrutar del jardín y de la piscina.
Pasamos unos años muy buenos, no solamente económicamente sino con bastante paz y armonía.
Empezaron a venir muchas visitas a casa, tanto de amigos como de familiares. Realmente lo pasábamos bastante bien, solo hay que echarle un vistazo a los álbumes para darse cuenta. Me acuerdo que una vez llegamos a dormir 13 personas sin ningún tipo de problema. Y para la hora de comer, el vino y la cerveza fluía y no vamos ya ni a hablar de las cenas y de los chupitos!
Los Astudillos los Carlssons y los Anderssons
Fiesta y siesta!
Francisco, el sobrino, vivia con nosotros., Visita de Extremadura, la prima Angelines y Sixto.
Al mismo tiempo que compramos la casa, nos fuimos relacionando más con parte de nuestra familia, la hermana de mi cuñado y su marido, Britt y Jerker. Ellos, con la misma edad que mis padres, compraron un piso entre San Pedro y Estepona, los adopté como mis tíos. Para mí, para Antonio y para mis hijos era especial tener parte de mi gente tan cerca. No teníamos lazos de sangre pero les consideraba como mi familia y fueron un gran apoyo para nosotros. Todos los años junto a ellos fueron realmente maravillosos, celebrábamos cumpleaños, navidad y preparábamos muchas cenas y comidas juntos.
Teníamos una relación muy sana, fácil y sin pretensiones. Podían llamar de repente y en media hora estábamos charlando y tomando algo en la mesa de mi cocina. Tengo un álbum lleno de recuerdos. La muerte repentina de Jerker fue un shock bastante grande para mí y la verdad que fue muy difícil de superar.
Mis "tios" Britt y Jerker, pasaban muchos tiempo con nosotros y salimos mucho de excursiones .
Unos años después de comprar la casa, empezaron los problemas en la empresa donde yo trabajaba. Mi jefe nombró a su hijo como gerente y claro, como nuevo jefe que era, quería imponer muchas nuevas normas y reglas. Se le nublaron los ojos y sólo veía dinero, siempre quería más. La cosa es que lo quería a nuestra costa y nosotras ya habíamos trabajado muchos años en esa empresa. Ese niñato se olvidó de que aunque le habían cedido el negocio, los que llevábamos esa oficina, éramos nosotras. Tanto él como su padre, se limitaron a venir a recoger el dinero.
Ahora el niñato nos quería bajar el sueldo y aumentar el horario de trabajo diciendo que si no nos gustaba lo que había, que podíamos coger la puerta e irnos. ¡Creía que él había encontrado petróleo, y cómo se equivocó!
Nosotras no nos fuimos de la empresa, aguantamos ese maltrato psicológico. Intentó hacernos la vida imposible, nos pagaba cuando le daba la gana, nos cambiaba las vacaciones a su antojo, todo para que nos fuéramos voluntariamente. Y llegó el día en el que nos hartamos y acabamos denunciándole por ese acoso. La justicia, como lo es hoy en día, es muy lenta y desesperante, pero llegó ese gran día en el que el juez nos dio la razón y tuvieron que pagarnos la indemnización que nos correspondía.
Tantas mujeres en la familia!
La verdad es que podíamos haber ido a la prensa por todo lo que nos pasó, 3 extranjeras ganando un juicio por acoso en el trabajo. No era un acoso sexual, sino más bien de bullying como se denomina hoy en día y que por desgracia todavía sigue pasando en muchos trabajos. A mí me dio especial satisfacción, no solo por el dinero que me correspondía, sino por la venganza.
Todo se solucionó y no tuvimos que dejar la casa, aquí seguimos muchos años después. Realmente ahora sí que parece un hogar y un hogar muy acogedor. Ahora somos más mayores y podemos disfrutar de la casa aún más. Sigue viniendo amigos y familia, una familia que ahora es mucho más grande con nueras, con- suegros y un montón de nietos.
Treinta años da para muchos relatos así que habrá una segunda parte...
El sitio de reuniones a lado de la piscina!